En casa de mis padres los comíamos de vez en cuando, como algo extraordinario, no siempre encuentras caracoles en la cantidad que necesitas, ya que están muy solicitados.
Esta receta es la que mi madre a utilizado siempre, de hecho a sido ella la que se ha encargado de prepararlos en esta ocasión. A ella se la enseño mi abuela paterna.
Ingredientes:
caracoles
rodajas de chorizo
jamón en dados
beicon en trocitos
2 dientes de ajo
1 cebolla mediana
1 huevo
1 hoja de laurel
pimentón
1 cayena
aceite de oliva
sal
agua
Preparación:
Comenzamos por lavar muy bien los caracoles. Los ponemos en un recipiente amplio y añadimos un puñado de sal, y un poco de agua. Nos ponemos un guante de goma y removemos con la mano hasta que el agua se ponga espesa y cambie de color eso será señal que están sacando las babas. Tiramos ese agua y volvemos a repetir hasta que veamos que el agua sale limpio.
Una vez los tengamos limpios los ponemos en una cazuela y los cubrimos con agua templada, (para engañarles) cuando están fuera del caparazón se sube el fuego.
Una vez estén cocidos tiramos el agua. Volvemos a poner agua fría y los aclaramos por si quedo algún resto. Reservamos.
Preparamos la salsa poniendo en una sartén aceite de oliva, freímos el beicon y el jamón, retiramos, y en ese aceite freímos la cebolla picada muy fina, cuando este dorada se retira del fuego y se hecha el pimentón.
En el mortero machacamos los dientes de ajo y la cayena y lo unimos a la mezcla anterior, al igual que los trozos de beicon y jamón que tenemos reservados, también añadiremos el chorizo cortado en rodajas y la hoja de laurel. Lo echamos a la cazuela donde tenemos los caracoles, añadiremos un chorro de agua y ponemos al fuego, removemos para que se mezcle bien. Unos minutos antes de retirar del fuego batimos el huevo y lo agregamos y seguimos removiendo hasta que se cuaje.
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